Nos reunimos Sacerdote, ministros, equipo de liturgia, laicos, todos a el lavatorio de pies, donde se invitó a las familias a que ellos mismos hicieran este acto recordando con el corazón la humildad que Jesucristo nuestro Señor tuvo con sus discípulos y el mensaje de Amor que dejó a toda la humanidad.
Juan 13,8-11«No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me l
avarás los pies a mí!».
Jesús le respondió: «Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte».
«Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!».
Jesús le dijo: «El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos».
El sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: «No todos ustedes están limpios».
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